viernes, enero 15

Mail 11: El riesgo que tomé, pasó y lo asumo


Miguel:

Creo que éste va a ser el último mail que te escribiré. Después de todo este tiempo es hora de que nos liberemos mutuamente, más ahora que tú lo necesitas tanto.
            Han pasado cerca de 3 semanas en que no hemos sabido uno del otro. No quise responderte el último mail porque se notó que ya estás terminando nuestro ciclo y empezando con el camino al olvido, si es que ya no lo terminaste por completo.
            Se que en estos momentos no has tenido la necesidad de escribirme, debes estar muy ocupado, lo sé, y ya ni ganas tienen que quedarte para hacerlo. Ya estás comenzando tu nueva vida así está pasando.
            Tengo que asumir que te he extrañado una enormidad, no he dejado de pensar en ti en ningún momento, desde que despierto, en el trabajo, en el gimnasio en todos lados estás en mi cabeza. He recordado gratos momentos, aunque digas que los últimos  son los quedan, he recordado y he añorado a tu antigua persona, que sé que aún está viviente en cada palabra que me has escrito.
            No he querido escribirte antes porque he tenido que analizar muchas cosas y no quería escribir las palabras incorrectas para poner fin a lo nuestro. Se que tu más que nunca debes estar de acuerdo si quieres comenzar todo nuevamente.
            A pesar de todo lo que te  he extrañado no he querido romper nuestras reglas, en cuanto a las llamadas telefónicas y a vernos personalmente. Pero no pude evitar hacer lo que hice, y no me arrepiento porque me ha dejado todo más claro.
            Hace 2 días, no aguanté más no saber nada de ti, y me aventuré a ir a tu departamento, que raro es nombrarlo así porque aún lo recuerdo como nuestro, pero ya es más que obvio que no lo es.
            Fui después del haber terminado mi horario en el colegio, sabía que no estarías, pero no pude evitar los acelerados impulsos cardiacos mientras subía por el ascensor. Supuse que no cambiarías la chapa y acerté pude entrar fácilmente. 
            A penas ingresé pude sentir como me embriagaba todo tu aroma, esa mezcla de alcohol, madera, pino y pán tostado; era obvio que te fuiste tan apurado que no limpiaste las migas de pan que quedaron en la cocina.
            Caminé por el living, que por cierto modificaste su estructura, el sofá ya no está mirando hacia la puerta si no que apunta al nuevo plasma que te compraste. Y ¿las plantas?, ¿que pasó con ellas?, no me digas que se te secaron. Tanto que las cuidé, claro seguramente se te tienen que haber olvidado y tienen que haber muerto.
            Debo tomarte crédito, ya que no pensé que mantendrías el departamento tan limpio, yo era la maniática del aseo y tú no eras capaz ni siquiera de sacar el polvo de los muebles, pero ahora, increíble, todo impecable ni que yo hubiera venido a hacer el aseo.
            Caminé hacia la cocina y estaba todo completamente igual, las ollas, los platos y los vasos donde yo los dejaba. Se nota que no debes cocinar mucho porque está todo en su lugar. También me dí cuenta que estaba todo radiante, completamente impresionada. Al observar los muebles de cocina no pude evitar que de mi boca se desprendiera una sonrisa al recordar cuantas veces  no pudimos aguantar en llegar a la cama y me tomabas ahí mismo, con esa necesidad de comprimirnos de inmediato, que recuerdos.
            La terraza, oh dios como extrañaba esa vista, recuerdo que elegimos ese departamento ya que era uno de los más altos que encontramos, sabiendo que a mi  me encanta vivir y ver todo desde lo más alto posible. La vista fue lo que me enamoró de él, poder observar la ciudad de luces y cada vez estar más cerca del cielo. Inigualable.
            Tenía terror, pánico al entrar a nuestro dormitorio, digo al tuyo, no sabía con que me iba a encontrar, y la cama sería mi pérdida a la confusión. Respiré hondo y entré.
Nuestra pieza, nuestra cama, todo estaba en aquel lugar lleno de recuerdos, e imágenes que no pude evitar evocar.  Me senté en ella, la acaricié e incluso le hablé,  esperando que me respondiera si había extrañado mi cuerpo en ella. Supuse que me respondió que sí y que me pedía que quería sentirme nuevamente, no pude decirle que no, me saque toda mi ropa y me acosté sobre ella, me acomodé en posición fetal y cerré mis ojos en espera de tus brazos alrededor de mi cintura y tus labios en mi hombro para que el momento fuera perfecto, pero no ocurrió.
            Estaba sola en nuestra pieza, en nuestra cama desnuda. Pensé quedarme ahí acostada a esperarte, incluso se me ocurrió prepararte una rica cena para darte una sorpresa cuando llegaras. Yo en casa desnuda con la cena lista y decirte con mi cuerpo entero que había vuelto, que estaba de regreso lista para seguir con nuestra historia. Pero no, las cosas no pueden ser perfectas para mí  y menos cuando las planeo.
            Estaba ahí dormida en mis planes de cómo darte la más cálida bienvenida, cuando sonó el timbre. ¿Timbre?, ¿Quién puede ser? Me pregunté, tú no tocarías el timbre, es tu departamento y tienes llaves. Me dirigí al auricular para preguntar quien era, cuando me dí cuenta que no podía hacerlo que ya no era mi departamento y yo no debería estar allí. Alo mejor solo eran cartas y las dejarán en el buzón. Me despreocupé e intenté volver a imaginarme cual sería la mejor  forma de darte la sorpresa, pero volvió a sonar el timbre. No quise responder nuevamente, se darán cuenta que no estás y se irán me dije.
            Ya había tomado la decisión, ambientaría el dormitorio románticamente, habrían velas, velos para darle una ambientación árabe, acomodaría cojines a los pies de la cama junto con una manta, 2 copas de vinos, frutillas y chocolate que se que es tu perdición, y por supuesto lo mejor de Nora Jones de música de fondo, como en los viejos tiempos cuando hacíamos el amor a la luz de la luna y escuchando “What am i to you”. Yo no podría estar completamente desnuda, y como no tenía ninguna prenda acorde a la ocasión en el depto, decidí que una de tus camisas sería lo ideal, siempre me decías que tus camisas estaban diseñadas para mí, y que si las usaba sin nada debajo podría conseguir lo que fuera de ti.
            Así que sin pensarlo más me levante a prepararlo todo. Me fui a la cocina a ver si tenías las frutillas, chocolate y vino. Chocolate obvio, no podía faltar éste en tu refrigerador, el vino listo, también estaba en el bar, pero las frutillas no tenías, pero no importa por que habían otro tipo de frutas que picadas serían un buen reemplazo de ellas.
            Iba camino a la pieza a preparar todo cuando en la puerta noté que había un papel. Cuando entré no estaba por lo tanto tuvieron que dejarlo mientras yo estaba adentro. Lo tomé y lo leí. Pude corroborar en cada letra que mis ojos visualizaban y mi cerebro interpretaba que mis planes ya habían cambiado y que debía irme lo más pronto posible de ahí antes que llegaras y me vieras ahí como una loca desnuda en tu departamento.
            No puedo borrarme de mi mente la foto en HD (High Definition) de la nota.

“Cariño, parece que no estás. Te voy a esperar hasta las 19:00 abajo en la piscina, recuerda que ando sin ropa interior y he sufrido todo el maldito día con estos pantalones que se me meten por el culo.
Espero que mis calzones ya se hayan secado. Tu polera viene más limpia y aromatizada  que yo jajaja
Besos en donde quieras.
Luz”
            No pude sostener la nota mucho tiempo y la deje donde la encontré en el piso de la entrada, corrí a vestirme de inmediato y olvidé todos mis planes. Arreglé la cama que estaba toda arrugada, los cojines, todo lo que desarmé, me puse mis zapatos y salí, abandoné el departamento lo más rápido posible antes de que me vieras. No podía creer lo que estuve a punto de ver, no me podía imaginar lo que hubiera ocurrido si no hubiera visto la nota. Ya me veo yo ahí con la media ambientación en tu pieza desnuda y tú llegas con esa tal Luz a ver el espectáculo.
            No tengo mucho que decirte frente a esto, era un riesgo que asumí cuando te dejé. Ahora estás con otra persona, que por cierto no puedo callarme lo educada que es en especial en con sus mensajes, pero es así, ahora ya tienes otra mujer en tu vida y ya formo parte del clan de las EX.
            A pesar de todo no me arrepiento de haber ido a tu departamento, no te mentiré y no te diré que no me vine llorando a mi casa, pero es bueno tener las cosas en claro. Como ya sé que tomaste el camino a olvidarme, si es que ya no lo has hecho, creo que es el mismo camino que ahora debo tomar yo.
            Comprendo ahora porque no me escribías, 3 semanas, pasamos de escribirnos todos los días a 3 semanas. Claro ¿como me ibas a escribir? ¿que me ibas a contar?...
 “Sabes hoy salí con Luz, se veía muy rica y pensé ¿porqué no? Mi polola me ha abandonado así que puedo tirarme a quien me de la gana, y me la jodí, de la forma más animal y salvaje que se puede joder”
Mierda, obvio que no me ibas a contar como te comías a esa Señorita Modales.
Por todo esto Miguel éste es el último mail que te escribo y espero si quieres que yo pueda sanarme, que hagas lo mismo. Sigue con tu vida, que yo intentaré seguir con la mía.
Lo admito fue un riego que decidí tomar y pasó, lo asumo y te libero.

Suerte y amor por siempre

Emily



1 comentario:

  1. hey!
    yo quiero saber qué pasa!
    no seguiste ni en ff.net ni acá u____u
    espero que estés bien,
    saludos.

    C.-

    ResponderEliminar

Me interesa saber tu opinión asi que no dudes en dejarla. Gracias
Sayen